El rollo japonés

Junto al Amber Lounge, el Mundial de Fórmula 1 se aliña con citas imprescindibles para los bolsillos potentes. Discotecas, clubes, restaurantes y fiestas imposibles, fabulosas.

Billonaire. La casa también ambulante de Briatore. Al estilo de Amber Lounge (y en competencia con él), el magnate italiano traslada su exclusivo local de Porto Cervo, en Cerdeña, a otros puntos del calendario de la Fórmula 1. En Mónaco encontró acomodo en el hotel Fairmont, con las copas a 30 euros. Baratas, en comparación con las tarifas del Jimmy'z, también en Montecarlo (100 euros). El jefe de Renault instaló su negocio este pasado fin de semana en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.

Rollo japonés facturado por una cadena internacional con locales en Londres y Nueva York, entre otras ciudades. La sede australiana se encuentra en los bajos del hotel de los pilotos, el Crowne, que también tienta a los derrochones con su inmenso casino.

Muy cerca de la plaza de Taksim. Restaurante y discoteca, todo en uno, con una terraza de espectaculares vistas al cuerno de oro. Música en directo y show de fuego con malabares. La Fórmula 1 llena sus mesas durante el gran premio. La tercera copa es en el Reina, brillante discoteca a la orilla del Bósforo con precios normalísimos.

Uno de los hoteles más caros del mundo, es el refugio de los pilotos en la carrera del Golfo Pérsico. Habitaciones a 1.500 euros y cuatro restaurantes. Las mujeres de las estrellas del volante descansan en la playa privada construida, con tiburones incluidos.

En los buenos tiempos, a Flavio Briatore le gustaba celebrar los títulos mundiales de Alonso en esta sugerente discoteca de la zona noble paulista. El pasado año, Kimi Raikkonen brindó por el campeonato en la franquicia que Pachá ha abierto en la ciudad brasileña. Cosas del cambio de régimen.

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