Phablet, un móvil muy a lo grande

Los anglosajones los llaman phablet, de phone y tablet. Y la expresión capta muy bien lo que pretenden ser los móviles XL. Su objetivo es ofrecer lo mejor de ambos. Sirven para realizar llamadas, así que son un teléfono. Pero tienen alma y pantalla de tableta. 

Con sus grandes dimensiones permiten desplegar un completo teclado para escribir notas o enviar mensajes con una rapidez que acelera la comunicación. Ver una película en ellos te hace olvidar enseguida que no son una televisión.

Aunque no hay un número de pulgadas límite que separe un móvil al uso de uno XL, la frontera podría ponerse en las 5,3, es decir, 13,46 centímetros medidos en diagonal. 

Esa es la cifra con la que salió el primer phablet. Fue Samsung quien abrió el camino con su primer Galaxy Note en 2011 y entonces parecía un suicidio. 

Ahora, en una reciente presentación de la operadora Orange, se ha revelado que los adictos al tamaño son en su mayoría mujeres, quizás porque pueden llevarlo en el bolso.

Y parece que le hemos cogido el gusto, la mejor prueba es que el Galaxy Note ya va por su tercera versión. Incluso los de Samsung lo han hecho aún más grande, hasta las 5,7 pulgadas. 

No son los únicos. Todos los fabricantes se han apresurado a tener en su catálogo al menos un móvil de más de cinco pulgadas.

Nokia trajo a España recientemente los hermanos mayores de la familia Lumia, el 1320 y el 1520, de seis pulgadas. Ese mismo diámetro tiene la pantalla del nuevo LG Flex, el famoso móvil curvo. HTC y Sony también apuestan por este formato.

Los hay incluso que parecen más tabletas que móviles.

Y a mayor tamaño, mayor precio. Salvo el Asus Fonepad y uno de los Nokia Lumia, todos los terminales XL rondan los 600 euros y alguno supera los 700. Por ese dinero se encuentran ordenadores de sobremesa y portátiles, y de los buenos. Sin embargo, están de moda. Tanto que hasta Apple estaría por apuntarse.

Sirven para realizar llamadas pero tienen alma y pantalla de tableta.

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