No son los móviles de gama alta los más vendidos
Los protagonistas de la telefonía móvil en el año 2013 no
han sido el iPhone de Apple o el Galaxy de Samsung de turno. Estos terminales
de gama alta acaparan titulares y muestran la tecnología más avanzada que
podemos llevar en el bolsillo.
La mayoría de las ventas y el crecimiento, sin
embargo, se han concentrado en una gama media y baja que cada vez tiene mejores
características. Son móviles que ya se pueden encontrar por menos de 150 euros
y que prometen una funcionalidad muy parecida a los caros smartphones.
Tienen pantallas más pequeñas y procesadores de menos
potencia, pero en telefonía, como también sucede en informática, se ha llegado
al punto conocido en la industria como good enough (suficientemente bueno).
Para el uso común, incluso estos modelos más económicos desempeñan una buena
función. Esta semana, por ejemplo, Motorola ha presentado su último teléfono,
el Moto E.
Equipado con una pantalla de cuatro pulgadas, corre con la última
versión de Android y la compañía asegura que podrá actualizarse en el futuro a
las siguientes versiones —un problema constante en la plataforma de Google para
los teléfonos de menores prestaciones es la actualización—.
¿El precio? 129
dólares, unos 90 euros al cambio.
Pero el smartphone, incluso a los precios actuales, sigue
siendo un lujo inalcanzable en muchas regiones del planeta. Para atraer a lo
que la industria conoce como "los próximos 2.000 millones de
usuarios" tiene que reducir todavía más su precio.
¿Cuánto? El consorcio
ARM, diseñador de las arquitecturas que usan los procesadores de la mayoría de
dispositivos móviles, cree que este año veremos los primeros móviles a 15 euros
de precio (unos 20 dólares).
"Es poco probable que veamos teléfonos más
baratos, en cualquier caso. Resulta imposible con nuestras técnicas de
fabricación actuales", aseguran desde ARM.
Estos teléfonos estarán probablemente
construidos alrededor de la plataforma Firefox OS, que Telefónica y la
Fundación Mozilla, sus principales impulsores, están orientando especialmente
hacia mercados en vías de desarrollo.
La plataforma tiene todavía un catálogo
de aplicaciones muy reducido cuando se compara con sus rivales, pero sus
requisitos de procesador y memoria son muy bajos. El sistema operativo, completamente
abierto, destaca por estar cimentado en la misma tecnología que hace posible la
web.
El último modelo en llegar al mercado es el ZTE Open C, que
se vende a través de eBay a un precio de 99 dólares (unos 72 euros al cambio).
Tiene pantalla de cuatro pulgadas y procesador Qualcomm de doble núcleo a 1,2
GHz basado en la arquitectura A7 de ARM. Modelos de menos prestaciones pero con
la misma plataforma fabricados por compañías asiáticas rozan ya los 30 dólares
de precio de venta al público sin subvención alguna.
Estos precios tan bajos son necesarios en muchos países en
vías de desarrollo, donde el móvil convencional sigue siendo el preferido de
buena parte de la población y donde los servicios de banca y comunicación están
a menudo vinculados a la vieja infraestructura de SMS.
El salto al smartphone
abre la puerta a herramientas más útiles para asistencia sanitaria, ayuda en
agricultura y ganadería o educación a distancia. ARM cree que para el año 2018
se venderán más de 1.000 millones de teléfonos de menos de 150 dólares y que
este segmento del mercado será el que más rápido crecerá durante los próximos
cinco años.
Para los fabricantes, es una buena oportunidad ahora que los
mercados desarrollados comienzan a frenar su apetito móvil. En Europa, Japón o
Estados Unidos, la mayoría de smartphones vendidos va a parar ya a personas que
renuevan sus viejos teléfonos inteligentes y no a nuevos usuarios.
Este tipo de
cliente tiende a cambiar de móvil con poca frecuencia y a menudo sólo si tiene
algún tipo de subvención o ayuda del operador de turno.
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