Michael Jackson fue siempre inocente
La policía ha efectuado registros en dos de las residencias de la multimillonaria estrella, el condominio de Century City y el rancho «Neverland». Este último, situado unos doscientos kilómetros al noroeste de Los Angeles, dispone de un pequeño parque de atracciones con animales que Jackson abre esporádicamente a los niños desasistidos. Un cerrajero de la capital confirmó que habían sido contratados sus servicios para forzar la entrada al rancho «Neverland», situado en el valle de Santa Inés, pero el objeto de la búsqueda permanece en secreto.
El cerrajero, que se identificó como «Duane», dijo que la policía le obligó a firmar una declaración prometiendo no revelar ningún detalle de lo que vio. La estrella de la canción hizo público anoche un comunicado en el que afirma que «no he cometido ningún tipo de falta». La nota añade que «tengo confianza en que la Policía de Los Angeles haga una encuesta imparcial y meticulosa, cuyo resultado demuestre queno he cometido ninguna falta», a la vez que agradece «el caluroso apoyo que he recibido por parte de mis seguidores».
Otros mostraron su indignación por la gravedad de las acusaciones que pesan sobre el cantante pop. «No hay derecho a que le acusen de algo así estando fuera del país», dijo una de las integrantes de su equipo que quiso mantener el anonimato. «Es una persona estupenda, a la que todo el mundo quiere y que nunca en su vida estaría envuelta en una actividad criminal».
Lo cierto es que la apertura de esta investigación no hace sino acrecentar la leyenda negra que rodea al trémulo y ambiguo cantante de color, que atraviesa uno de los peores momentos de su carrera. Su último disco, Dangerous, apenas ha vendido 4 millones de ejemplares, frente a los 40 millones que se editaron en 1982 de Thriller, uno de sus grandes éxitos.
Aconsejado por sus asesores, el artista pop lleva a cabo desde hace algunos meses una intensa campaña de relaciones públicas encaminada a corregir la mala imagen que le han acarreado las operaciones de cirugía estética, su empecinado aislamiento y sus extrañas costumbres. En febrero, Jackson se dejó entrevistar, por primera vez en 'catorce años, por la presentadora de televisión Oprah Winfrey, a la que explicó que el color blanquecino de su piel es fruto de una enfermedad llamada «vitiligo» y no de la cirugía, en contra de la creencia generalizada. Pero esta estudiada aparición no logró evitar que el público le siga viendo como un maniático al que se le cae la piel a trozos y que duerme en cámara hiperbárica.
Lo más paradójico de la situación creada por la denuncia de que el cantante ha abusado de un menor es que, a lo largo de los últimos años, Jackson se ha mostrado paulatinamente más comprometido con la causa de la infancia desprotegida. Ha creado una fundación benéfica a la que destina cantidades astronómicas, ha compuesto canciones y hecho campaña a lo largo de lo ancho de este mundo pidiendo a sus fans que ejerzan su caridad a través de los niños. El Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que se celebrará entre los días 16 y 25 de septiembre, dedicará un ciclo retrospectivo al cineasta estadounidense William A. Wellman, en el que se proyectarán sus 29 mejores películas, y al que se une el dedicado a la historia del cine, titulado «Los 100 mejores años de nuestra vida», el de cine chicano y la «Producción española»
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