El capitán Garfio o Peter Pan
EL cantante Michael Jackson, que ha hecho de la protección y ayuda a la infancia una de las causas de su carrera, está siendo investigado por la policía de Los Angeles, acusado de abusar de un menor. La denuncia contra el ídolo del pop habría partido de unos extorsionadores que pretendían cobrar una «recompensa» de 20 millones de dólares a cambio de su silencio.
El escándalo ha estallado coincidiendo con el comienzo de la gira asiática del artista, que ayer esperaba congregar a 70.000 personas en su concierto de Bangkok. Desde allí, fuentes de la promotora que le ha contratado para el concierto han declarado que «Jackson está tranquilo; todo ese asunto es muy viejo y a él no le afecta en absoluto porque tiene la conciencia tranquila. Lo único que le preocupa en este momento es que no llueva, porque habría que suspender el concierto». La policía ha intentado mantener en secreto la investigación criminal que sigue contra el frágil y ambiguo cantante de Indiana.
De hecho, aunque las diligencias se iniciaron el pasado 17 de agosto, no se hicieron públicas hasta el lunes por la noche, después de que la cadena de televisión NBC informara de diversos registros en su domicilio y su rancho. Aún entonces, el portavoz policial que compareció ante la prensa, David Gascon, rehusó confirmar la natúraleza de las acusaciones, escudándose en la necesidad de ser «muy prudentes» y «sensibles hacia todos los implicados».
Los pocos detalles que se conocen han salido a la luz a través de Anthony Pellicano, un investigador privado que trabaja para Michael Jackson. Según su versión, unas personas que conocen al cantante intentaron extorsionarle 20 millones de dólares alegando que había abusado de un niño. «No teníamos intención de hacer nada, queríamos ver hasta dónde llegaban», ha dicho Pellicano. «Cuando vieron que no pagábamos,'llamaron a los Servicios de la Familia y la Infancia, que es donde comenzó esta investigación».
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